27 Jun
27Jun

FANTASMAS EN LA NIEBLA


El hombre olvida que es un muerto
que conversa con los muertos”
(There are more things)
Jorge Luis Borges

Amanece. Una capa de niebla, espesa y húmeda, cubre la cuidad dormida, tornando sus contornos imprecisos y vagos, con una reminiscencia londinense. Movida por un extraño impulso abandono mi libro sobre el sillón, junto a la chimenea encendida, y salgo a la calle desolada del invierno. Levanto la cabeza y sólo veo el celaje grisáceo y algunas sombras oscuras, que deben ser los árboles, al fondo de la calle suburbana, cubierta por una fina capa de barro. Más allá, la avenida España está vacía. En el bulevar, las plantas y los arbustos semejan fantasmales figuras acechantes. Las casas, refugiadas detrás de sus jardines, parecen aguardar, sumidas en un letargo de impreciso final.
Doblo por la avenida Humberto Primo, siguiendo la línea de los bulevares que dan a esta ciudad, sin turistas desteñida y gris, su aire de pretenciosa importancia. En su centro, una hilera de palmeras de anchas copas empenachadas se elevan como gigantescos paraguas ensartados en el césped húmedo, intentando contener el implacable avance de la niebla.
Una vez más, esa extraña fuerza –cuyo origen desconozco y recién comienza a despertar en mí un vago desconcierto- me obliga a cruzar hacia la izquierda y doblar por San Martín, hasta desembocar en la plaza desierta, frente a la Basílica. Cruzo la calle y me quedo quieta, aguardando.
Y entonces, aparece él....

Este es el comienzo del cuento fue premiado en el 2° Encuentro de la Fe y la Historia, 1989, Luján Buenos Aires.
¿Alguien adivina quién apareció en la niebla lujanense aquel día?

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